En las zonas más avanzadas de la civilización occidental se registra, aparentemente, un amplio ocaso de Dios. Pero también se constata, en no pocos ámbitos, un amanecer, hasta ahora solo emergente, de lo religioso. Hoy conviven en Occidente sensibilidades diversas (creyentes y agnósticas) e incluso contrarias (creyentes y ateas). A veces, es una misma persona la que participa de ambas sensibilidades: mitad creyente, mitad no creyente. Es un signo de los tiempos.
Ignacio Cacho, sacerdote jesuita y profesor de teología, aborda la cuestión de Dios desde su larga trayectoria como docente e investigador en el á ...